top of page

Mi trabajo en la pintura se centra en la exploración de las dimensiones dentro del plano pictórico. Existe en mi práctica una especie de obsesión por encontrar, en la bidimensionalidad del soporte, la multidimensionalidad de las capas que pueden revelarse en la imagen. La pintura, más allá de ser uno de los muchos medios que podría utilizar para mi expresión artística, se ha convertido en una herramienta esencial que me permite experimentar y profundizar en estas inquietudes que me acompañan desde el inicio de mi carrera. Estas inquietudes están relacionadas con descubrir y revelar, cada vez más profundamente, las posibilidades de articulación del plano pictórico: no solo hacia la profundidad del plano, sino también explorando cómo esa bidimensionalidad puede expandirse y transformarse en dimensiones que trascienden la superficie del lienzo. Mi intención es que el espectador quede atrapado en el universo que la imagen plasmada en la obra invita a habitar.

Por otro lado, mi labor como director de arte en la puesta en escena me ha brindado la oportunidad de explorar el espacio profundo utilizando recursos similares a los de la pintura, pero con el agregado esencial del trabajo colectivo. En este ámbito, el diálogo con el otro y la creación comunitaria son fundamentales. A diferencia de la pintura, donde encuentro un espacio de introspección, reflexión y meditación, la dirección de arte en el teatro me ofrece un espacio de disfrute, de diversión placentera y profundamente conmovedora. Ambas prácticas, aunque diferentes, son para mí complementarias y esenciales en mi desarrollo artístico.

bottom of page